Atención: sólo si eres más de corto que largo plazo podrás entrar en la aventura.
domingo, 23 de diciembre de 2007
LA PSICOLOGÍA DEL SER.
jueves, 20 de diciembre de 2007
DE BAJA.
domingo, 9 de diciembre de 2007
MOVIDA NOCHE IBICENCA.
Y doy gracias a la vida por haberme librado de ir a la comisaría porque la que se montó ayer fue de traca y por mi culpa. Pero me salí con la mía (al menos de momento).
Me pasé el día de ayer esperando y deseando que llegase la noche y poder decirle cuatro cositas a Diego. Para colmo, me llamó el editor por la tarde:
- Señorita Azucena. Tengo entendido que usted es muy amiguita del señor Perzano (Roy), y que también anda muy amigada con nuestro empleado Diego, el sindicalista de los cojones. Sólo quería decirle que está muy feo eso de hacer de celestina, si ello conlleva la quiebra de la compañía.
O sea, que ahora la culpable de que estos dos se hayan liado es mía. Ni siquiera tuve momento de réplica. Sólo me salió una frase al estilo de Cruella: "haré lo posible por acabar con la felicidad de nuestra principal fuente de ingresos". Todo esto en el contexto de un restaurante muy elegante y con amigos de Ale delante:
- Es que estoy en un grupo de teatro y a veces sobreactúo.
Eso no se lo tragó nadie y a mí sólo me sirvió para despreocuparme por un momento. Mi ira iba creciendo a medida que pasaba la tarde. Me llama mi prima Carmucha:
- Joder, tía. ¡Eres una guarra!. Se han enterado en la aldea de que ya no estoy con Manolo. Un apuro del 15 que pasé porque nos presentamos allí y tu madre que me empieza a llamar de todo. Es que sólo a ti se te ocurre hospedar a la tía Engracia y presentarle a tus amigos que, por casualidad, me conocen y largan mil hasta por la punta de los pies. Ya puedes ir buscándote otro lugar donde depilarte, y a ver si encuentras mejor precio, monina.
Genial, también mi prima. ¿Qué culpa tengo yo de que mi tía Engracia alterne por Chueca y sea un personaje en alza en la movida?. Lo que ya no me extraña es lo de mi madre, que se ha vuelto de insulto fácil. Para terminar de llenarme de mala leche, mi hermana:
- Eres de lo más insolidario. Yo te conté mi problema buscando comprensión y me encuentro a una cerda egoísta que como en estos momentos está con un ricachón y en Ibiza, se olvida de los demás. Así no le vas a llegar ni a la aguja del tacón a Elena Cue. Ojalá fueses adoptada.
Bueno, que iba calentita y a una fiesta hippy. ¡Bravo!, lo que necesitaba. Gente que se cree hippy pero que no salen de casa sin sus buenas tarjetas de crédito y sus bolsazos CH, PG, DKNY,... ¡hasta las siglas me están enfureciendo!.
- Azu, creo que podemos ir a otro sitio y te relajas un poco. A mí esas fiestas no me acaban de convencer - me decía Ale mientras me atusaba el pelo.
- No me trates de convencer que estoy calentita. Sólo le voy a dejar claro, una vez más, a Diego todo lo que se está jugando él y sus compañeras con este rollo. Porque esto es un rollo y sólo por joder el tío va a tratar de aguantar al lado de Roy por cabezonería. Si son incompatibles, ¡por Dios!.
Llegamos a la fiesta. Diego que nos ve al vuelo y se acerca. Muy cariñoso. ¡Mierda!, así no podré enfadarme. Sabe como manejarme. De repente aparece Roy con una camisa de flores y un pareo con un corazón pintado que ponía: "Diego es para siempre".
- Son tulipanes, churri. ¿Te gustan? - dijo Roy
- Vaya, Roy. Sí que has dado un cambio drástico. Me voy a beber que lo necesito.
Ale se lo pasó en grande. Para que luego me dijese que estas fiestas no eran lo suyo. Yo me limité a quedarme en la barra a vigilar la situación y a conspirar con el camarero. Me hice bastante amiga de él y surgió el plan:
- ¿Y tú por cuánto dinero estarías dispuesto a enrollarte con ese de ahí (señalando a Diego)?
- Uh, vida. Yo nada, me gusta a rabiar. ¿Lo conoces?
- Estás de suerte. Vente que te lo presento. Y no te preocupes por la barra que yo te continuo con el cotarro.
Ya al presentarlos noté en Diego esa típica cara de " te voy a follar y haré una fotografía mental de ese pedazo de miembro que tienes y que ya vislumbro en ese pantaloncito tan ceñido". El plan iba a funcionar a las mil maravillas. Se fueron a una especie de reservado. Esperé unos minutos y luego avisé a Roy para que fuera hasta allí:
- Roy, Diego te espera en el reservado. Ya sabes, un poco de marcha extra.
Lo que vino después era para verlo. Roy se alteró y no paraba de gritar:
- ¡Hijo de puta, pero si a mí siempre me la has comido con condón!. Y en cuanto a tí...
Comenzó una pelea que no entraba en mis planes. Pero también me sirvió para comprobar que Roy sabe pelear y con un estilo que ni Bruce Lee. La pelea se convirtió en el centro de atención de la fiesta: el camarero desnudo y con el miembro aún erecto, y Roy con los ojos a punto de salirse de las órbitas. Si hasta soltaba alaridos al estilo de "Braveheart". No podía perder ripio de la situación. Se me acerca una estúpida:
- ¡Qué marcha!. Tú, sírveme un martini.
- En estos momentos la barra está cerrada con motivo de la contienda.
- ¡Habrase visto!. Tú me sirves que para eso te pagan
- Ahí te has colado. A mí no me paga nadie. ¿Quieres el puto Martini?
Y le tiré el Martini a la cara. Ella vino hacia mí como poseída y comencé a pegarme con ella. Al rato media fiesta estaba a leches como si el pegarse fuese un virus. Aprovechando mi furia, esquivé a la pija y me lancé hacia Diego. Le empecé a tirar del pelo:
- ¡Mira la que has montado!. Ya sabía yo que lo de Roy no iba en serio. Eres un maricón y de los peores.
- ¡Pero si me lo has presentado tú, putona!. Calla, porque nos consta que algo puta sí has sido. Y con éste estás por el dinero. Aprovechada de mierda.
Le di un puñetazo que lo dejó tirado en el suelo. Se me ocurrió rociarlo con todas cuantas botellas de alcohol encontré . Mi mano comenzó a resentirse minutos después. Se oían las sirenas de la policía. Fui hacia Roy y me lo llevé con ayuda de Ale. Al salir, escondiendo la mano, expliqué a la policía que todo lo había empezado un tipo que estaba tirado en el suelo apestando a alcohol y que, "por lo visto", obedecía al nombre de Diego.
- Azu, me das miedo con estas cosas que haces. Pobre Diego, ¿cuánto estará en la cárcel? - me dijo Roy entre sollozos.
- Ahora lo que tienes que hacer es olvidarte de él, y del amor. Lo tuyo es sufrir y rajar de esta mierda de vida.
Ya lejos de la fiesta, Ale me dijo mientras conducía:
- Yo te hubiese defendido de la chica esa pero vi que te las arreglabas tú solita. Aparte de que se me da muy mal eso de pelear. Pero como tú sabes, pues ya me siento más protegido.
He sido mala. Hay que tener en cuenta que estaba en juego mi cabeza, la de los demás empleados de la editorial, y llevaba el chip mental lleno de malas intenciones después de las llamaditas.
Ahora me da pena Diego, pero conseguiré que lo suelten. Y a ver que se me ocurre para que no me odie el resto de su vida.
viernes, 7 de diciembre de 2007
SE VIVE BIEN, SI LO HACES BIEN.
lunes, 3 de diciembre de 2007
LAS PESADILLAS, COMO LOS SUEÑOS, SE PUEDEN HACER REALIDAD.
martes, 27 de noviembre de 2007
¡¡¡NI EN MIS AÑOS MÁS LOCOS!!!
domingo, 25 de noviembre de 2007
¿VAS A DECIR LAS COSAS ALGÚN DÍA?
Es cierto. Un defecto mío que arrastro desde que tengo uso de razón es que siempre me callo en situaciones en las que debería decir las cosas para no provocar malos entendidos que luego crecen como bizcochos con sobredosis de levadura.
El titular de mis últimos acontecimientos podría ser: "TENGO NOVIO". Luego pasaría a explicar lo que me ha llevado tenerlo y los lectores concluirían pensando que soy gilipollas por, precisamente, no decir las cosas.
Alejandro ha quedado justamente hasta hoy por la mañana. Y porque tenía una comida ineludible que sino lo tengo de inquilino como mi tía, pero éste con derecho de pernada. No han sido malos momentos. Alejandro es un hombre por el que suspiraría toda mujer (hetero), pero yo quiero estar con su padre. A ver, que el hijo también tiene muy bien encaminada la vida como director de la fundación del banco de su padre y que su vida social es tremenda... ¿Por qué me he encaprichado con Fernando?. ¡Si es que ni con sesiones e hipnosis me voy a olvidar de él!. Y menos ahora que tengo posibilidades de entrar en esa familia.
El día de ayer fue de lo más activo. Me invitó a desayunar a uno de las cafeterías más chic de la ciudad. De esas por las que pasas y te dices: "algún día entraré y derrocharé en café con tartas diversas. Y para llegar a fin de mes macarrones del Dia". Un lugar exquisito, un café como nunca había probado. Alejandro en todo momento atento; que si quería más tarta de Selva Negra, que si necesitaba otra servilleta ya que la mía estaba un poco manchada. Hasta me dio un beso en la mano en pleno desayuno que, debo confesar, me derritió. Más tarde era obligada la visita a un museo. Me explicó sus cuadros favoritos y se notaba cómo le gustaban. Hablaba con mucho sentimiento. Paramos en un supermercado:
- Venga, te voy a cocinar algo de comer.
- No me digas que también cocinas. Chico, estoy empezando a ver que eres todo un partido.
- Bueno, soy un aficionado. Pero le pongo mucho amor. Y con amor las cosas siempre salen bien.
Esa última frase me hizo cambiar la cara porque, ¿y si estaba enamorado de mí?. "Vamos a ver, Azu, está enamorado y hasta las trancas"; "bueno, no hacía falta decirlo así" (tengo mucho diálogo interno con mi conciencia).
Aquí viene lo bueno. De camino a casa, atravesamos un parque. Íbamos muy juntos pero no de la mano. Una señora se acercó y nos ofreció unas flores:
- ¡Qué novios tan guapos!. Tomad, estas camelias son para vosotros. Por guapos - sonreía la mujer.
- ¿A qué hacemos muy buena pareja?. Pues yo creo que con estas flores hasta le podría pedir matrimonio. Y con usted de testigo - se apresuró a decir Alejandro.
- ¡Uh!, pero qué alegría que la gente joven se ame y no se anden pegando, ni drogando. Y esos que abandonan niños son peor que Satanás - dijo la señora, a la que de repente se le cambió la expresión del rostro.
¿Niños abandonados?, ¿matrimonio?, ¿pareja?. ¡Dios!, con lo único que estoy de acuerdo es con lo de guapos. Y ya veis que allí estaba yo escuchando, y sin decir nada. Soy tonta de remate. Porque si me hubiese atrevido a decir algo en tono diplomático como: "aún nos estamos conociendo", "es muy amable pero sólo hace como unas dos semanas que nos conocemos y hemos follado más que hablado si me descuido". Pero me tuve que callar y el destino aún me tenía preparada otra sorpresita.
No me extrañaría que todo esto estuviese preparado por este hombre. Que le hubiese pagado a la señora para soltar esa parrafada de halagos. Y peor, que su padre fuese el artífice de todo esto porque como ha visto que el gatillazo le venía a decir que estaba mayor pues le dijo a su hijo que me conquistase porque yo no me merecía permanecer en la oscura tristeza de mi alma. Fernando piensa en todo... Estoy fantaseando más de lo normal.
Al dejar a la señora, Alejandro no dudó en cogerme de la mano y darme un beso en la mejilla. Entonces ya está, ¿somos novios?.
"Yo no quería"; "eso te está bien por muda"; "pero para cuándo quería hablar ya era tarde. Haría quedado tan mal"; "no es cuestión de quedar bien o mal, es cuestión de que a ti te venderían hasta un Gucci falso sabiendo que es falso y por el precio de un auténtico".
Después de esta lucha con mi conciencia volví a la Tierra y ya estábamos llegando a casa. Estaba mi tía Engracia:
- Tía, pensaba que estarías en la aldea.
Y Alejandro hizo otra de esas escenas que me dejaron K.O.:
- Hola, soy Alejandro. El novio de Azu.
- ¡Pero, qué alegría!. Y tú sin decirme nada. Mira, me iba a ir dentro de un rato pero casi me quedo y me lo contáis todo. No molestaré, ¿verdad?.
Joder, la bola sigue creciendo. Ya me veo delante del altar y yo sin comerlo ni beberlo.
La comida transcurrió con normalidad. Mi tía encantada con él, y él derrochando encanto en todo momento. Yo me evadía mirando al techo e imaginándome en distintas situaciones demostrando mi gran defecto:
- Que me ingresan por una apendicitis, se equivocan y me van a cambiar de sexo. Yo lo sé pero, claro, no puedo decir nada.
- Que han matado al Rey y yo soy el único testigo que vio a los asesinos y no me atrevo a decirle nada a la policía.
- Que.. Uy, tengo que volver a pintar el techo que ya tiene esas manchas tan antiestéticas.
O sea, que tengo novio y todo el mundo que lo sabe está encantado de la vida. Yo no lo acabo de ver. Tampoco creo que le hubiese dado alas. ¡Dios mío, le dejé besarme en la mano!, ¡le dejé quedarse otra noche en mi casa!, ¡ le dejé cogerme de la mano!. Soy una puta culpable.
- Azu, cariño. Acabo de llamar a tu madre para decirle la buena noticia. Ya sabes que quiero que os volváis a hablar, y creo que esto es lo que hacía falta para que os reconciliéis.
- Gracias, tía. Voy a fregar.
- No te preocupes, cariño. Ya lo fregaremos después juntos. Juntos es más divertido.
¿Me ha llamado cariño?. ¡Tengo que parar esto como sea!. Ya está, finjo mi propia muerte pero me voy a Tijuana: "muy bien, escapar es lo mejor. y, ¿por qué Tijuana?", "no sé, es lo primero que se me ha ocurrido", "menos mal que no sueles pasar a la acción porque sino no sé lo que habría sido de mí".
Ahora mismo ya lo debe saber toda mi familia. Hasta Sole lo sabe. Fui a timbrarle hoy por la mañana ya que hacía unos días que no la veía. Y, nada más abrir:
- Hola, soy el novio de Azu.
Genial, ahora vayamos piso por piso, incluso cojamos la guía y llamemos a todos y cada uno de los habitantes y digámosles la buena nueva.
Estoy acabada. Tendremos hijos y no los querré porque no los quería tener pero como no hablo pues ahí estaré.
Fernando, te necesito. Sálvame.
viernes, 23 de noviembre de 2007
ATRÁPAME, QUE PUEDES...
Cada día que pasa pienso más en él. ¡Es que no puede ser que esté pasando de mi de este modo!. ¿Sólo quería follarme y ya?. Pero es que luego me llamó para volver a quedar. Y el hecho del gatillazo tampoco pudo ser determinante. Mira que si ha conocido a otra. Ha vuelto con la ex-mujer, seguro. Así que no sé qué cojones hago pensando en él a todas horas, buscándolo por las calles, y hasta imaginándome conversaciones picantonas, si ya no tengo nada que hacer...
En esto se ha convertido mi cerebro a diario. Casi no hay nada que me distraiga. Voy con el móvil a todos lados por si llama. A veces lo dejo por la noche encendido. Y eso conlleva a sobresaltos en la noche como el de ayer. Resulta que me llama mi hermana Susana desde un país extranjero de esos donde era de día:
- Azu, te quiero. Has conseguido que mamá me vuelva a hablar. Bueno a pesar de que ahora no se habla contigo. ¡Por puta!. Eres una puta mártir... ja, ja,ja.
¡Perfecto!, me despierta en medio de la noche mi hermana y plenamente borracha (ella no se deshace en "te quieros" sobria. Eso me está bien merecido por condicionar mi vida ante un hombre rico y poderoso, pero que pasa de mí. Hoy por la mañana en la ducha llegué a la conclusión de que es un cabrón.
Llegué a la editorial con nuevas fuerzas. Porque a pesar de no haber dormido nada, la ducha había sido muy reactivadora y tenía la cabeza libre de pensamientos. Trabajé mucho esperando que la mañana se pasase rápido: ¿las 11?. Está claro que no por mucho trabajar atardece más temprano. Me fui a la salita.
La verdad es que me sentó fenomenal. No había muchas ganas de trabajar en general. De los jefes sólo estaba en su puesto Torralba que no despierta hasta la hora de comer. Así que no había problema. Tomamos café, hablamos de nuestras cosas. De paso nos enteramos que el asunto del pene del ya ex-novio de Valeria se había propagado por toda la planta, y que Ceci de contabilidad estaba con él:
- A ésa si la dejas se casaría con un caballo. ¿Sabéis a lo que me refiero?. No es la primera vez que le registro la mesa y le veo revistas de hombres desnudos con verdaderos cañones entre las piernas - dijo Marisa- Una vez le robé una, ella me pilló. Pero yo soy más lista y la chantajeé con anunciar sus aficiones. Ahora me pasa las revistas que se ha cansado de ver.
Diego propuso un juego. Escoger los lugares del trabajo para practicar un sexo más placentero. Y el ránking quedó así:
1. En la mesa del jefe
2. En todas las 25 mesas de la oficina
3. Contra el archivo
4. En la mesa de ediciones (En el caso de un despacho de una cadena de televisión)
5. En un balcón
6. En un sofá
7. En cualquier sitio donde haya comida
8. En el baño de los discapacitados
9. En la enfermería
10. En medio de la oficina (No importa que las cámaras de seguridad te estén grabando)
- Diego, ¿pero tenemos enfermería?- preguntó Sofía.
- Claro, tonta. El cuartito ese donde está el botiquín de primeros auxilios.
- Da la casualidad de que ese lugar es el cuarto donde me cambio y ya tuve lo mío con la chiquilla esa que se agenció al gabacho - replicó Marisa.
Me entretuve durante toda la mañana con la charla. Salí del trabajo directa a casa. Era un día maravilloso. Casi no había pensado en Fernando. Pero todo lo bueno se acaba. Y se acaba de la manera menos pensada. En el portal me estaba esperando un hombre. No, no era Fernando. Resultó ser su hijo Alejandro, con el que follé y que vino a mí porque yo tenía carta de recomendación de polvo de calidad por parte de su padre.
Hice como que no lo veía. Me vió. Di media vuelta y me puse a andar cada vez más rápido:
- Espera, espera.
Me hice la sorda. Entré en el centro comercial para ver si lo despistaba. No era fácil porque Alejandro es alto, y no había demasiada gente por las tiendas. Era hora de comer. ¡Qué hambre!. Así que entré en un restaurante italiano. Ya me daba igual que viniese. Pero no entró. Comí relajadamente. Hasta doble ración de tiramisú que me tomé.
Al salir, la presa que era yo fue cazada.
- Mira, sólo quería volver a verte. Desde el otro día que no dejo de pensar en ti. Necesitaba verte. Aceptarías que pasase la tarde contigo. No sé, de compras, tomando algo. Lo que suelas hacer por las tardes.
- Está bien. Tengo que pasar por casa. Se me está ocurriendo que podíamos ir a algún museo - aposté todo a una. Seguramente no le hiciese gracia lo del museo.
- ¡Eres tan maravillosa!. Los museos son mi lugar preferido. De pequeño me escapaba de casa y era capaz de echar el día en El Prado.
¡No me podía haber salido mejor!. Pues a mí un museo no me tiraba en absoluto. ¡No puedo tener mejor suerte!. No me quedará más remedio que pasar a un Plan B. Llegamos a casa y me lo llevé a la cama. Lo hicimos dos veces y fue muy salvaje. Alejandro sabe moverse como su padre, con la ventaja de que es más joven. Sus músculos bien definidos rozaban mi vientre. No me cansé de besar sus pectorales y de aspirar su olor tan característico. No ha sido un día del todo perdido. Aunque también tengo que decir que vaya cosas soy capaz de hacer por no ir a un museo.
Entre cultura y sexo está claro que en mi caso gana el sexo por goleada. Pero si se pudiese hacer el amor en un museo, biblioteca, conferencia, etc., la cosa cambiaría.
miércoles, 21 de noviembre de 2007
VALERIA TE DA SORPRESAS.
lunes, 19 de noviembre de 2007
ALGO PASA CON AZU.
El domingo me lo pasé encerrada en casa, con buenas provisiones de comida de todo tipo, y con la herramienta que me podría dar la oportunidad de ir sabiendo algo más de Fernando: Google.
Ante todo hacía falta ponerse a ello sin más. Por ese motivo no me duché. Me levanté de la cama y fui directa al ordenador.
Ni correo ni nada. Como sólo sabía su primer apellido tuve que hacer un proceso de eliminación de todos los "fernandos" con ese mismo apellido de primero. Las imágenes al principio no me ayudaban nada porque no salía. A eso de las 12:30 conseguí saber su nombre completo: Fernando José Tedacci Urquiola. Aprenderlo fue cuestión de unos traguitos de Stolichnaya. Era una puerca sentada delante de un ordenador, con miguitas de cosas a mi alrededor y por mis tetas.
El nombre me abrió las puertas a partes de su vida (ya era independiente a los 17 y trabajaba y estudiaba a la vez), y pude saber que es un enamorado del arte flamenco, la arquitectura de Le Corbusier, y el cine de Edgar Neville. ¡Qué completo este hombre!. Para acercarme a él puse a bajar películas de este señor. Descubrí que fue un director español y... ¿películas en blanco y negro?. ¡Todo sea por amor, dinero, posición social, vestir de firmas...!
Mi primera búsqueda de información me dejó un tanto exhausta y decidí tomarme un baño. Eran las 16:45. No podía parar de pensar en él. Me llevaba el teléfono conmigo por toda la casa por si se le ocurría llamar. Bueno, es que hasta conseguí saber su domicilio y teléfono fijo (la oculta KGB debería plantearse acogerme en su seno).
Me daba vergüenza llamarlo. ¿Y si me llamaba pesada?, o peor, ¿y si estaba con otra ya?. Me empecé a emparanoiar con la idea de que seguro que había vuelto con su ex-mujer (claro, en cuestión de un día). Mis pensamientos me aturdían. Tenía que tomar aire. Me fui al parque.
Salí de casa, tiré las fresas que él había traído para "nuestra noche" porque estaban negras, y me puse a andar. Me conecté al Ipod pero no fue buena idea. ¡Todas las jodidas canciones me hacían sentir identificada con mi actual situación!. Era todo muy paranoico ya que era oir frases del estilo: "ya no te tengo en mis brazos"; "te deseo lo mejor con ella"; etc. y hasta se me llenaban de lágrimas los ojos.
Escogí un banquito apartado en el parque y me saqué una cajetilla. Era una situación para fumar un poco. Directamente me comía los cigarros. Era horrible. Al cabo de un rato llegué a una especia de paz interior. Ya no estaba pensando en él. Y de repente...
- ¿Sabes que cuando una tía se sienta sola en esta zona del parque es porque quiere jalarse una polla de campeonato?- ¡Dios, el típico dominguero salido y de chándal!
- Pues es una lástima que yo tenga el feo vicio de limarme los dientes todos los días. Podrían cortar hasta el hormigón.
- Una guerrera. Sé que acabaremos en la cama y sé que luego me buscarás pidiendo más.
- Mira, "hombretón". Ya tengo bastante con pensar en un hombre como para pensar en dos. Y además que uno de ellos seas tú.
- Vale. Vamos a empezar de nuevo. Si quieres me presento, hablamos de temas de actualidad, yo te abro el corazón, y luego tú abres la boca, las piernas, el ojete...
- ¿Sabe tu mamá que estás obsesionado con las mamadas? ¿Cuántos coños te has comido? Seguro que ninguno, porque tú eres de los que al correrte ya no pueden más y si te he visto no me acuerdo- conseguí decir esto sin apartar mi mirada de la suya, todo un acto de valentía.
- Yo no creé las reglas. Mira allí, ¿ves?.
Lo que ví fue a un tío de pie y a dos muejeres de rodillas medio peleándose por tener en su boca un miembro descomunal.
- Pues me tendré que ir. Porque yo no sabía que esta era la " felatio place", teniendo en cuenta que este parque es muy frecuentado por niños. ¡No me lo quiero ni imaginar!.
Mientras me marchaba escuchaba al tipo del chándal como me recriminaba lo estrecha que era, que si nunca iba a encontrar un hombre de verdad porque sólo me gustan los maricones, que si mi madre seguro que le ha dado lustre a su miembro más de una vez...
Estaba visto que no iba a poder descansar nada de mis continuos pensamientos. No me quedaba tabaco, el Ipod ya me hartaba, no tenía el dinero suelto suficiente para un café. Así que opté por irme a casa. Y de camino a casa, un domingo, vino a mi cabeza el "It´s rainning men". Durante todo mi trayecto pasaron todo tipo de tíos cañón. Era como un castigo. Apuré el paso.
Ya en casa solté un suspiro enorme y me dije:
¡Qué gilipollas!.
Porque si hacía unas semanas me había propuesto sólo enrollarme con tíos y no buscar nada más, ¿por qué no había aceptado en el parque (aunque follar con uno que lleva chándal me tira para atrás)?, ¿por qué no intenté dejarme entrar por uno de los macizorros que escenografiaban mi "It´s rainning men"?.
¡Y NO ESTOY ENAMORADA!
Al menos por ahora...
sábado, 17 de noviembre de 2007
¿SE IRÁN LOS NUBARRONES?
jueves, 15 de noviembre de 2007
UN POCO DE SEXO TELEFÓNICO.
Al menos mi madre ahora no sólo llamaba para decirme simplemente "puta". Lo que sí tuve más complicado fue el hablar con Susana, mi hermana:
"Azu, si necesitabas dinero podías pedírmelo a mí. O incluso a mamá. ¿O estás haciendo esto por vicio?. No te reconozco. Mamá me llama todos los días al borde de un shock cada vez que recuerda el incidente del aeropuerto".
Me estoy dando cuenta de que los aeropuertos no están siendo sitios agradables para mi persona. Pero todo me daba igual porque iba a ser la madrina de la boda de Jorge y Richard. Estaba como en una nube. Hoy no me costó nada levantarme, y ni siquiera me exasperaba la idea de un atasco por las calles, o que en el metro la gente viniese con olores particulares. Nada podía cambiar mi estado de ánimo.
En la editorial todo fue como la seda: el ordenador no se colgó nadita, la impresora, el fax, y la fotocopiadora se habían propuesto ser máquinas perfectas. Hasta mis compis estaban como contagiados por mi felicidad desmedida. ¡Dios!, tengo un problema, ¿he dicho compis?. Ya se me pasará.
Para culminar este día, por la tarde me llamó Fernando:
" Me preguntaba que estaría haciendo ahora mismo la mujer más inocente de este país. Y, de paso, me pregunto si tendrá algún plan previsto. Aunque, claro, al conocer a mi hijo, que es más joven, me supongo que yo ya no te serviré".
Me apresuré a entrar en el juego del coqueteo telefónico. Yo llevaba las de ganar, estaba en mi terreno favorito para poder llevar a cabo mi estrategia de juego: tumbada en la cama medio desnuda.
- Fernando, eres un caballero muy cabrón. Me sabes llevar. Y eso me excita tanto.
- Eso significa que yo te he dejado mejor recuerdo.
- Aún tengo tu olor sobre mi piel. Soy capaz de recordar aquel encuentro y rememorarlo en la soledad de mi cuarto.
- ¿Lo recordarías ahora para mí?- preguntó muy interesado Fernando.
- Señor, es usted un tanto impaciente. ¿No puede esperar a que nos veamos?. De acuerdo, sólo para usted mantendré un momento de teléfono erótico de Oscar.
Y me empecé a masturbar. Primero poco a poco. Rozando mis pezones con las yemas de los dedos y sin dejar de suspirarle al teléfono. Seguía bajando mientras notaba la fuerte respiración de Fernando. Él también estaba excitado:
- Señor, ¿me haría el favor de acompañarme?. Aunque sea en la distancia, con sus jadeos no me sentiría tan sola en esta fría habitación.
- Azucenita, ya me tienes a punto de ebullición. Sigue, por favor.
Derramé sobre mi cuerpo la botella de agua fría que tenía en el suelo (casualidades de la vida). El frío pronto se tornó calor abrasante. De la excitación rompí el tanga y comencé a acariciar mi clítoris muy lentamente. A medida que notaba que Fernando intensificaba los suspiros yo aceleraba mis movimientos. La situación estaba a punto de estallar y ya no podía parar. Llevé el teléfono a mi sexo. Notaba a Fernando tan cerca. Casi como si estuviese en mi cama besándome en la entrepierna, muslos, acariciándome la piel con la lengua.
El culmen llegó a la vez para los dos. Fue casi tan bueno como un contacto cuerpo a cuerpo. Estaba exhausta:
- Ha sido un señor muy bueno y esto se merece un encuentro nuevo. ¿Le parece venir a mi humilde hogar y pasar otra noche inolvidable?
- Ya me parece que estoy tardando. En cuanto me digas, allí estaré con dos botellas del más caro champán, fresas, y un fino sirope de caramelo para cubrir tu maravilloso pecho y saborearlo como se merece.
- Este fin de semana estaré tan sola en casa...
- Allí me tendrás. ¿Podrás sobrevivir el día de mañana sin mí?
- Será duro. Muy duro.
- Para mí también será un día difícil. Chao, mi pequeña diosa sexual.
Su voz por teléfono era tremendamente sensual. Me sentía tan bien que me quedé un ratito más desnuda sobre la cama. Pero la magia se rompió con mi tía Engracia:
- Hija, por Dios. Tápate algo. Imagina que entrase con un hombre, ¿qué crees que diría?
- Ay, tía, no sé lo que diría. Pero yo desde luego que sí sé lo que le haría.
- De verdad, qué envidia. Estás desatada. No me digas que te has...
- Sí, me he masturbado. Ha sido tan especial.
Fue en ese momento cuando descubrí que mi tía nunca se había dado placer en soledad. Fue todo un descubrimiento. No lo hubiese pensado de ella, y menos ahora que era tan liberal:
- ¿Y ni siquiera en estos últimos años de viuda te has tocado?
- Pues no. Ya sabes que fuimos educadas a la manera de aquellos años. Y ahora no se me pasó por la cabeza. Aunque al verte me entra curiosidad.
- Tía, es hora de que empieces a adquirir nuevos hábitos. Cuando hay necesidad y no tenemos un hombre cerca... Ven que te voy a enseñar a dos amiguitos que no te van a defraudar.
Evidentemente, esos "amigos" eran el consolador que me había comprado Jorge hace algunos años y que funcionaba a las mil maravillas, y la ducha. Nada más vibrante que un buen chorro directo al clítoris para empezar el día. O acabarlo.
LA EMOCIÓN ME EMBARGA
martes, 13 de noviembre de 2007
YOUNG GUNS
No se puede llevar una vida más excitante que la que tenemos en la editorial.
Ayer llegué con bastante antelación porque sabía que si llegaba al mismo tiempo que todos los demás tendría que explicar mi ausencia. Se me da mal mentir pero soy especialista en escaqueos.
A las chicas les había colado por teléfono que tenía un problema de "mujeres" sin especificar, y que me cogía los días para asuntos propios que no había usado. Y menos mal que no se me había puesto Diego porque no se le escapa nada y acabas confesando. Fue la llamada que gasté en la comisaría.
La primera parte de la mañana de ayer transcurrió sin mucho sobresaltos. Yo tenía un montón de trabajo en la mesa y para colmo no tenía a mi jefe para preguntar lo que tenía que hacer con tanto papeleo. El resto de la gente estaba trabajando y en silencio. Era un lunes raro porque normalmente los lunes son una continuación del fin de semana. Continuación que se hace en la salita.
Y la mañana se alteró, y de qué manera.
Valeria me llamó desde recepción:
- Oye, Azu. Que hay aquí un chiquito que quiere verte. ¿No sería en este en el que gastaste tus días de asuntos?
- Ojalá lo fuese. Digo, bueno que se pase más tarde. Voy a cien.
Y pasados 15 minutos:
- Azu, cariño. Si no lo quieres ver más porque ha sido el peor polvo de tu vida, pues se lo dices. Qué está aquí otra vez.
- Dile que estoy reunida. Mira, te juro que no sé quién es. Pídele el nombre.
- Raúl.
- Ni idea. Que vuelva otro día.
No obtuve respuesta por el teléfono. Más bien la respuesta vino a base de gritos y por el aire.
Me levanté de repente. Todo el mundo salió a la recepción y al momento se echaron a correr. Algunos hasta se pusieron a hablar por teléfono debajo de sus mesas.
Me acerqué hasta Valeria y pude ver a Raúl. No lo conocía, pero llevaba una pistola enorme. Valeria estaba llorando:
- Azu, que nos mata. ¿Pero qué le has hecho a este tío?.
Y le oí la voz:
- Calla, mamona. Así que tú eres la que me apartó de Laura.
Con tanto sobresalto ni me acordaba ya de Laura. Raúl era el novio desvirgado de Laura, la chica de la FCT que se nos fue con Rennée tras firmar el contrato coital. Estaba muy nervioso y sudando como si hubiese venido corriendo desde Jaca. ¡Y sin hacer paradita en Burgos!.
Lo primero que hice fue mirar al techo. Quería mirar al cielo como para mandarle un mensaje a Dios: " O sea que este es mi castigo por disgustar a mi madre", pensé. No sabía lo que hacer, pero ya tenía yo a una conciencia bujarrona llamada Diego para guiarme:
- Cari, no te acerques mucho. Dile que deje libre a Valeria y luego le cuentas lo desgraciados que somos todos aquí. Que fijo que en el Santander se merecen hasta sobres con antrax.
- Esto no es el Oeste, Diego. Que es el novio de Laura, la que se benefició al gabacho. Y Valeria no está presa, puede meterse si quiere.
- Uh! Pues en el tema "novios desdichados que buscan venganza" no te puedo ayudar.
Me suponía que Diego escondería el rabo en los dos sentidos de la palabra. Decidí hablar con Raúl para hacer tiempo y que apareciese la policía. Que digo yo que alguien habría avisado:
- Tranquilo, Raúl. Yo no tengo nada que ver. Si hay alguien culpable aquí es la ley del deseo que hizo que Laura se uniese sexualmente a otro hombre.
-¡Qué puta que eres!. Y vas y me dices que mi Lauri ha follado con otro.
- Ahí no has estado fina- apostilló Diego.
- Pues vienes aquí y hablas con él. Mira, lo mismo hasta haces que cambie de gustos y te lo tiras.
- Guapa, no estoy tan necesitado como tú, que mira que cara tienes - este tipo de frases-puñal son especialidad de la casa. Aquí en la editorial se practica mucho este deporte.
- Pues que sepas que estas semanas he follado y bien. Unos polvos que recordaré siempre.
- Tú siempre tan poética. Seguro que ni follaste, y era en tus sueños. O peor, que fue fruto de masturbaciones mezcladas con imaginación y te has creído que has follado y todo.
Y un tiro formó un boquete en el techo:
- Coño, que aquí soy yo el que tiene una pistola. Y os puedo matar. Callaos ya. Exijo que me digáis dónde está Laura.
- Eso no te lo puedo decir... - y no pude decir más.
- En Francia. París, más exactamente. Y hasta te puedo dar la dirección exacta- no dudó en intervenir Diego.
- Tú es que cuando tienes miedo te despojas de todas tus plumas, ¿verdad?- le dije entre dientes.
- ¡Ahora me dirás que quieres morirte!. Que se vaya a la central francesa a liarse a tiros y nos deje en paz.
Raúl, cansado, me agarró y con amenazas nos metió en la salita a las chicas, que estaban agazapadas detrás de las plantas, y a Diego. El resto de la gente aprovechó para irse. Su momento de gloria y valentía ya había pasado. Al menos nos pudimos tomar unos cafés y calmamos un poco al pobre chico.
Nos contó, con mucho lirismo, su historia de amor con Laura. Por amor, Raúl renunció a estudiar la carrera de Derecho en una privada fuera de la ciudad, y se puso a estudiarla en la pública. Por amor, también, se puso a trabajar para poder ahorrar y tener un coche que tanta ilusión le hacía a Laura:
- Y que si tenía coche que lo haríamos allí por primera vez me dijo.
- Pues donde esté la cama o la lavadora en funcionamiento- esa era Marisa que hizo que todos mirásemos hacia ella a la vez.
Raúl ya había soltado la pistola y la situación se despojó de toda la tensión y miedo anteriores. Sofía marcó el siguiente momento:
- ¿Sabes?. yo me quería tirar al francés ese que se llevó tu querida. Así que yo por venganza te ofrezco que nos lo hagamos aquí.
- Sofía, mira si vas salida que ya no andas por tu propio pie, sino que vas nadando de lo mojada que andas. Y creo que hablo en nombre de todos cuando digo: ¡¡¡no quiero ser espectador de excepción de este polvo!!!- dijo Diego, aunque con cierta envidia.
- ¡Pero hombre!. Yo me refería a hacerlo por algún lugar de la oficina. La sala de juntas está vacía y es muy amplia, y con moqueta. ¿Qué dices, Raúl?.
Raúl no se creía lo que estaba sucediéndole y accedió pero con cara de asombro. Sofía lo cogió de la mano y se dispusieron a salir de la salita. Al abrir, enseguida entró la policía que estaba esperando el momento. Y aquí entra mi persona en juego:
- ¡Alto, Policía!. Coño, si está la puta también.
Primero miraron a Valeria, por esas cosas de la fama. Al momento cambiaron las miradas cuando me arrebaté:
- Hasta cuando voy a tener que explicarle al mundo que todo fue un malentendido.
El silencio se apoderó de toda la oficina, si bien es cierto que sólo quedábamos nosotros. La Policía se llevó a Raúl pero Sofía prometió visitarlo a la cárcel, en un alarde de melodramón del kilo.
Cuando se fueron las chicas y Diego se me acercaron:
- Azu, ¿para cuándo una cena relajada y nos cuentas detalles de esa vida tan azarosa que parece que llevas?- sentenció Valeria
domingo, 11 de noviembre de 2007
EN EL LÍMITE DE LA CORDURA.
Mi madre, en estos casi dos días, sólo llama para decirme: "puta"; luego cuelga. Al principio me dejaba un poco choff, pero ya me he acostumbrado. Vamos, que es casi como las campanadas de una iglesia cada 15 minutos.
Ayer salí de noche con mi tía (es que suena de un mal) y parecía que seguíamos en Italia. La presenté a mis Maris y ya se convirtió en la estrella de la noche. Luego, que si unos pensaban que éramos hermanas, para entrarle a ella; que si otros pensaban que cómo podía ser que una madre tan joven y tan guapa ya tuviese a una hija, para entrarle a ella. Total que mi noche fue de beber vodka hasta casi saber ruso. El único que se me acercó fue para preguntarme si los vaqueros eran de esta temporada porque, si lo eran, desde luego que conservaba muy mal la ropa.
Acabé en el After del "Tío Luis". No es de mi familia, pero es el sitio al que acudo todas las noches que me quedo sola y los demás han encontrado plan para "desayunar". Lo más fuerte de todo fue ver que ya estaba el after decorado para la Navidad. Me deprimí, pero resistí la tentación de darme el tequila. De repente una mano conocida tocó mi cintura:
- Vaya, Azu. No me pensaba que tus salidas nocturnas fuesen tan deprimentes.
Me giré. No lo conocía. Estaba desconcertada.
No se presentó, simplemente se puso a hablar. Los temas eran diversos: la noche, el amor, la soledad ante una copa, la inflación, que si el Rey... Se ofreció a acompañarme a casa y yo me lancé:
- Sólo si me prometes quedarte a darme un poco de calorcito en la cama.
Accedió. "Jódete, Engracia", pensé. Llegamos a casa y mi tía estaba. Digo que estaba porque los gemidos eran de ella claramente.
- No es que comparta piso. Tengo un familiar que está volviendo a la vida a pasos agigantados.
- Me parece estupendo que tengas buen rollo con la familia. Y tienes un piso muy bonito.
Nos tomamos la última y empezamos la acción en el sofá. Conseguimos concentrarnos y olvidar el ruido que venía de la habitación del fondo. Fuimos llegando a la cama a medida que nos íbamos quitando la ropa y sin dejar de besarnos. La excitación crecía por momentos y me dejé llevar por sus fuertes brazos.
Ya en la cama saqué un condón y me decidí a ponérselo:
- ¡Un momento!. Hay algo que debes saber- me dijo entre suspiros.
- ¿Eres virgen?
- No.
- ¿Estás casado?
- No.
- ¿Ladillas?
- No.
- ¿Te va la lluvia dorada? ¿La coprofagia?
- No, tampoco.
- Pues entonces vamos a ello.
Y follamos toda la noche. Estuvo muy bien y me acercó a mis objetvios de basar mi vida en rollos de una noche. Me quedé sin saber eso tan importante que este tío me quería decir, pero es que tampoco quería saberlo del todo. Sólo me hacía dudar el que en el after me resultase conocido cuando me tocó.
Y esta mañana fue como jugar al amigo invisible entre mi tía y yo, o sea, descubrir los tíos. En la cocina estaba un negrazo de los que quitan el sentido. Desnudo. Todo en él era perfecto. Un cuerpo cincelado y de ébano con un sexo prominente y proporcionado:
- Mira, Azu. Me venía con Enrique a casa y vi a este chulazo vendiendo cd´s y no me lo pensé.
- ¿Dejaste a ese Enrique en la estacada?
- ¡Qué va!. Si le pareció maravillosa la idea del trío. Y yo mandando como nunca.
Esta pequeña conversación necesitaba de un café servido en la bañera.
"Mi hombre" apareció ya vestido y fue la luz del día la que hizo que su cara me recordase a la de alguien. Como no conseguí descifrar mis dudas, tomamos el desayuno con mi tía y su varonil séquito. El Enrique en cuestión también era de rompe y rasga, y estaba desnudo. Parecía que estábamos en el descanso de una de porno gay. El desayuno transcurrió en silencio hasta el eructo del negrazo, que nadie sabía como se llamaba y no hablaba nuestro idioma (pero el idioma del sexo sí). Ese eructo hizo que me pusiese a hablar con "Jaime". Sí, se llama Jaime y tiene 30 años. Trabaja en un banco, en un puesto corporativo y no está casado ni tiene novia. A mi ya me valía para los restos aunque tengo que resistirme a buscar al hombre de mi vida a la primera de cambio.
El desayuno se acabó en el mismo momento que Jaime desveló su incóngita. Era el hijo de Fernando y sabía quien era yo.
- Constantemente mi padre y yo nos contamos nuestras aventuras con mujeres. Tú has sido de las mejores y por eso quiso que te conociera. Espero que no te resulte nada violento. Te lo quise decir pero no parecía importarte.
Mi cerebro se llenó de hormigón para evitar sobresaltarme:
- ¡Para nada!. Si yo estoy en una fase de rollos de una noche. ¡Mira qué bien! Me lo he hecho con el padre y con el hijo.
Estaba claro que era su hijo. De ahí lo de la mano. Y hasta le empezaba a ver parecido físico y todo. Me estuvo persiguiendo toda la noche hasta poder encontrarme a solas y llevarme a su terreno. Si digo la verdad, me siento un poco engañada y hasta una rata de laboratorio con dos tíos "experiementando" conmigo. En otro momento de mi vida resultaría humillante. Ahora no puedo tener ese sentimiento, prefiero pensar que ha sido fruto de la casualidad.
Y ahora, evaluando la situación y contrarrestando los datos de ambos, me quedo con el padre.