Atención: sólo si eres más de corto que largo plazo podrás entrar en la aventura.

viernes, 23 de noviembre de 2007

ATRÁPAME, QUE PUEDES...






Cada día que pasa pienso más en él. ¡Es que no puede ser que esté pasando de mi de este modo!. ¿Sólo quería follarme y ya?. Pero es que luego me llamó para volver a quedar. Y el hecho del gatillazo tampoco pudo ser determinante. Mira que si ha conocido a otra. Ha vuelto con la ex-mujer, seguro. Así que no sé qué cojones hago pensando en él a todas horas, buscándolo por las calles, y hasta imaginándome conversaciones picantonas, si ya no tengo nada que hacer...

En esto se ha convertido mi cerebro a diario. Casi no hay nada que me distraiga. Voy con el móvil a todos lados por si llama. A veces lo dejo por la noche encendido. Y eso conlleva a sobresaltos en la noche como el de ayer. Resulta que me llama mi hermana Susana desde un país extranjero de esos donde era de día:

- Azu, te quiero. Has conseguido que mamá me vuelva a hablar. Bueno a pesar de que ahora no se habla contigo. ¡Por puta!. Eres una puta mártir... ja, ja,ja.

¡Perfecto!, me despierta en medio de la noche mi hermana y plenamente borracha (ella no se deshace en "te quieros" sobria. Eso me está bien merecido por condicionar mi vida ante un hombre rico y poderoso, pero que pasa de mí. Hoy por la mañana en la ducha llegué a la conclusión de que es un cabrón.

Llegué a la editorial con nuevas fuerzas. Porque a pesar de no haber dormido nada, la ducha había sido muy reactivadora y tenía la cabeza libre de pensamientos. Trabajé mucho esperando que la mañana se pasase rápido: ¿las 11?. Está claro que no por mucho trabajar atardece más temprano. Me fui a la salita.

La verdad es que me sentó fenomenal. No había muchas ganas de trabajar en general. De los jefes sólo estaba en su puesto Torralba que no despierta hasta la hora de comer. Así que no había problema. Tomamos café, hablamos de nuestras cosas. De paso nos enteramos que el asunto del pene del ya ex-novio de Valeria se había propagado por toda la planta, y que Ceci de contabilidad estaba con él:

- A ésa si la dejas se casaría con un caballo. ¿Sabéis a lo que me refiero?. No es la primera vez que le registro la mesa y le veo revistas de hombres desnudos con verdaderos cañones entre las piernas - dijo Marisa- Una vez le robé una, ella me pilló. Pero yo soy más lista y la chantajeé con anunciar sus aficiones. Ahora me pasa las revistas que se ha cansado de ver.

Diego propuso un juego. Escoger los lugares del trabajo para practicar un sexo más placentero. Y el ránking quedó así:

1. En la mesa del jefe
2. En todas las 25 mesas de la oficina
3. Contra el archivo
4. En la mesa de ediciones (En el caso de un despacho de una cadena de televisión)
5. En un balcón
6. En un sofá
7. En cualquier sitio donde haya comida
8. En el baño de los discapacitados
9. En la enfermería
10. En medio de la oficina (No importa que las cámaras de seguridad te estén grabando)

- Diego, ¿pero tenemos enfermería?- preguntó Sofía.

- Claro, tonta. El cuartito ese donde está el botiquín de primeros auxilios.

- Da la casualidad de que ese lugar es el cuarto donde me cambio y ya tuve lo mío con la chiquilla esa que se agenció al gabacho - replicó Marisa.

Me entretuve durante toda la mañana con la charla. Salí del trabajo directa a casa. Era un día maravilloso. Casi no había pensado en Fernando. Pero todo lo bueno se acaba. Y se acaba de la manera menos pensada. En el portal me estaba esperando un hombre. No, no era Fernando. Resultó ser su hijo Alejandro, con el que follé y que vino a mí porque yo tenía carta de recomendación de polvo de calidad por parte de su padre.

Hice como que no lo veía. Me vió. Di media vuelta y me puse a andar cada vez más rápido:

- Espera, espera.

Me hice la sorda. Entré en el centro comercial para ver si lo despistaba. No era fácil porque Alejandro es alto, y no había demasiada gente por las tiendas. Era hora de comer. ¡Qué hambre!. Así que entré en un restaurante italiano. Ya me daba igual que viniese. Pero no entró. Comí relajadamente. Hasta doble ración de tiramisú que me tomé.

Al salir, la presa que era yo fue cazada.

- Mira, sólo quería volver a verte. Desde el otro día que no dejo de pensar en ti. Necesitaba verte. Aceptarías que pasase la tarde contigo. No sé, de compras, tomando algo. Lo que suelas hacer por las tardes.

- Está bien. Tengo que pasar por casa. Se me está ocurriendo que podíamos ir a algún museo - aposté todo a una. Seguramente no le hiciese gracia lo del museo.

- ¡Eres tan maravillosa!. Los museos son mi lugar preferido. De pequeño me escapaba de casa y era capaz de echar el día en El Prado.

¡No me podía haber salido mejor!. Pues a mí un museo no me tiraba en absoluto. ¡No puedo tener mejor suerte!. No me quedará más remedio que pasar a un Plan B. Llegamos a casa y me lo llevé a la cama. Lo hicimos dos veces y fue muy salvaje. Alejandro sabe moverse como su padre, con la ventaja de que es más joven. Sus músculos bien definidos rozaban mi vientre. No me cansé de besar sus pectorales y de aspirar su olor tan característico. No ha sido un día del todo perdido. Aunque también tengo que decir que vaya cosas soy capaz de hacer por no ir a un museo.

Entre cultura y sexo está claro que en mi caso gana el sexo por goleada. Pero si se pudiese hacer el amor en un museo, biblioteca, conferencia, etc., la cosa cambiaría.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

VALERIA TE DA SORPRESAS.



Ayer fue un día que me marcó por una situación que ya se dio por la mañana y me tuvo el resto del día reflexionando.
Llegué empapada a la editorial y no por culpa de la lluvia. Un aspersor mal colocado en los jardines de la calle me hizo la jugarreta. Así que entré directamente en la salita, donde sabía que estarían todas. Entré enfurecida:
- ¿ No sabéis lo que me acaba de pasar?
- Te has mojado con el aspersor. A Diego también le pasó y se ha ido a casa porque dice que un representante sindical no puede dar mala imagen- dijo sin gran energía Loreto.
Sofía estaba acariciando como a modo de consuelo a Valeria que no era capaz de apartar su mirada de la mesa. Estaba cabizbaja y muy rara. La salita parecía un velatorio. Y llegué a una conclusión:
- Oye, Nuria, ¿quién se le ha muerto a Valeria?
- Anda, ¡qué bruta!. Esto es peor aún.
No entendía nada y, antes que volver a meter la pata, le pregunté directamente a Valeria no sin antes mojar la mesa con el goteo de mi pelo:
- Valeria, ¿pero qué te pasa?.
Me miró y se echó a llorar ( dudé de si lloraba por su pena o por la pena que le producía mirarme a la cara con todo ese maquillaje corrido).
- ¡No quiero vivir! - gritaba
- Venga, Val. Que alguien le cuente a Azu lo que pasa - reclamó Sofía.
- Voluntaria - dijo Marisa- pues que resulta que a nuestra gran "testadora" de hombres le dan aprensión los churros demasiado grandes y gordos.
Me llevó un ratito chiquito relacionar los churros con los penes. El agua había empapado mi cerebro también.
- Yo ya le dije que si llega a ver la de mi marido, se hace lesbiana de golpe -replicó Nuria.
"Nuria, bonita. Nunca te verás en la misma cama que Valeria", pensé para mis adentros.
O sea, que a Valeria ahora le daban miedo que la penetrasen con un miembro descomunal.
- Ni masturbarlo puedo, me asusta - decía entre lágrimas- Lo peor es que es el hombre de mi vida. LLevamos ya 3 meses y siempre me respetó. Vamos, que no me propuso cama el primer día.
A Sofía le emocionaba esto de los hombres que te "respetan".
Y es que la vida es muy cabrona. Porque una mujer como Valeria que siempre iba de flor en flor, ahora que se le presenta una oportunidad de estabilidad, va el destino y la jode.
- Bueno, yo no veo demasiado problema en el tamaño. Además, que si te ha respetado no va a ser un salvaje en la cama. Te tratará bien.
- No lo entiendes, cariño. Ella no ve en su entrepierna una máquina de placer, sino al mismísimo monstruo del Lago Ness - decía Loreto con los ojos como platos.
- Val, ¿y si vas a un psicólogo?. ¿Se lo has dicho ya a tu novio? - propuse
Valeria casi no podía hablar entre tanto sollozo, pero el resto hablaba por ella:
- Tú eres de las que todo lo soluciona con un loquero. ¡Démosle pastillas también a la pobre! - declamaba con los brazos en alto Nuria.
- En defensa de Azu os tengo que decir que, en mis múltiples viajes de tantísimo placer, me he acostado con verdaderos portentos de la naturaleza. Y no me han hecho daño
- Gracias, Sofía. Yo he tenido algunos encuentros con hombres que la tenían enorme y no me pasó nada. ¡Sigo viva!
Con todo, se nos pasó la mañana en un suspiro. Valeria acordó dejar a su novio porque no podía soportar seguir así. Y Marisa zanjó la charla:
- ¡Nunca llueve a gusto de todos!. Si mi marido tuviese una polla como una torre, yo ni vendría a trabajar. Esa polla sería mi dios. Y le rendiría culto por la mañana, por la tarde...
En resumen, que hay mujeres que le dan importancia al tamaño pero a la inversa. Es algo que nunca había pensado. En mis pequeñas charlas de universidad sobre hombres me había quedado bastante claro que el tamaño no importaba, pero que si se presentaba un sexo generoso mejor que mejor.
No sé, ¿a ver si ahora con esta conversación voy a tenerle aprensión a los superdotados?. Ya sería lo que faltaba.
Y Él que sigue sin dar señales de vida. He debido dejarle como 15 mensajes de voz desde el Domingo por la noche. Aún tengo esperanzas.

lunes, 19 de noviembre de 2007

ALGO PASA CON AZU.


El domingo me lo pasé encerrada en casa, con buenas provisiones de comida de todo tipo, y con la herramienta que me podría dar la oportunidad de ir sabiendo algo más de Fernando: Google.
Ante todo hacía falta ponerse a ello sin más. Por ese motivo no me duché. Me levanté de la cama y fui directa al ordenador.
Ni correo ni nada. Como sólo sabía su primer apellido tuve que hacer un proceso de eliminación de todos los "fernandos" con ese mismo apellido de primero. Las imágenes al principio no me ayudaban nada porque no salía. A eso de las 12:30 conseguí saber su nombre completo: Fernando José Tedacci Urquiola. Aprenderlo fue cuestión de unos traguitos de Stolichnaya. Era una puerca sentada delante de un ordenador, con miguitas de cosas a mi alrededor y por mis tetas.
El nombre me abrió las puertas a partes de su vida (ya era independiente a los 17 y trabajaba y estudiaba a la vez), y pude saber que es un enamorado del arte flamenco, la arquitectura de Le Corbusier, y el cine de Edgar Neville. ¡Qué completo este hombre!. Para acercarme a él puse a bajar películas de este señor. Descubrí que fue un director español y... ¿películas en blanco y negro?. ¡Todo sea por amor, dinero, posición social, vestir de firmas...!
Mi primera búsqueda de información me dejó un tanto exhausta y decidí tomarme un baño. Eran las 16:45. No podía parar de pensar en él. Me llevaba el teléfono conmigo por toda la casa por si se le ocurría llamar. Bueno, es que hasta conseguí saber su domicilio y teléfono fijo (la oculta KGB debería plantearse acogerme en su seno).
Me daba vergüenza llamarlo. ¿Y si me llamaba pesada?, o peor, ¿y si estaba con otra ya?. Me empecé a emparanoiar con la idea de que seguro que había vuelto con su ex-mujer (claro, en cuestión de un día). Mis pensamientos me aturdían. Tenía que tomar aire. Me fui al parque.
Salí de casa, tiré las fresas que él había traído para "nuestra noche" porque estaban negras, y me puse a andar. Me conecté al Ipod pero no fue buena idea. ¡Todas las jodidas canciones me hacían sentir identificada con mi actual situación!. Era todo muy paranoico ya que era oir frases del estilo: "ya no te tengo en mis brazos"; "te deseo lo mejor con ella"; etc. y hasta se me llenaban de lágrimas los ojos.
Escogí un banquito apartado en el parque y me saqué una cajetilla. Era una situación para fumar un poco. Directamente me comía los cigarros. Era horrible. Al cabo de un rato llegué a una especia de paz interior. Ya no estaba pensando en él. Y de repente...
- ¿Sabes que cuando una tía se sienta sola en esta zona del parque es porque quiere jalarse una polla de campeonato?- ¡Dios, el típico dominguero salido y de chándal!
- Pues es una lástima que yo tenga el feo vicio de limarme los dientes todos los días. Podrían cortar hasta el hormigón.
- Una guerrera. Sé que acabaremos en la cama y sé que luego me buscarás pidiendo más.
- Mira, "hombretón". Ya tengo bastante con pensar en un hombre como para pensar en dos. Y además que uno de ellos seas tú.
- Vale. Vamos a empezar de nuevo. Si quieres me presento, hablamos de temas de actualidad, yo te abro el corazón, y luego tú abres la boca, las piernas, el ojete...
- ¿Sabe tu mamá que estás obsesionado con las mamadas? ¿Cuántos coños te has comido? Seguro que ninguno, porque tú eres de los que al correrte ya no pueden más y si te he visto no me acuerdo- conseguí decir esto sin apartar mi mirada de la suya, todo un acto de valentía.
- Yo no creé las reglas. Mira allí, ¿ves?.
Lo que ví fue a un tío de pie y a dos muejeres de rodillas medio peleándose por tener en su boca un miembro descomunal.
- Pues me tendré que ir. Porque yo no sabía que esta era la " felatio place", teniendo en cuenta que este parque es muy frecuentado por niños. ¡No me lo quiero ni imaginar!.
Mientras me marchaba escuchaba al tipo del chándal como me recriminaba lo estrecha que era, que si nunca iba a encontrar un hombre de verdad porque sólo me gustan los maricones, que si mi madre seguro que le ha dado lustre a su miembro más de una vez...
Estaba visto que no iba a poder descansar nada de mis continuos pensamientos. No me quedaba tabaco, el Ipod ya me hartaba, no tenía el dinero suelto suficiente para un café. Así que opté por irme a casa. Y de camino a casa, un domingo, vino a mi cabeza el "It´s rainning men". Durante todo mi trayecto pasaron todo tipo de tíos cañón. Era como un castigo. Apuré el paso.
Ya en casa solté un suspiro enorme y me dije:

¡Qué gilipollas!.
Porque si hacía unas semanas me había propuesto sólo enrollarme con tíos y no buscar nada más, ¿por qué no había aceptado en el parque (aunque follar con uno que lleva chándal me tira para atrás)?, ¿por qué no intenté dejarme entrar por uno de los macizorros que escenografiaban mi "It´s rainning men"?.

¡Y NO ESTOY ENAMORADA!
Al menos por ahora...