Atención: sólo si eres más de corto que largo plazo podrás entrar en la aventura.

viernes, 9 de noviembre de 2007

¿Y SI ME DUERMO PARA EL RESTO DE LA VIDA?


¿Y si hasta incluso se me traga la tierra?. Porque de verdad que las desgracias vienen en tropel, sin avisar, y sin darte un tiempo necesario para reaccionar de una manera lógica (aunque en mi vida la lógica no existe ni escrita).
Si por aquí se pasa alguien se preguntaría que por qué no he contado nada estos días. La respuesta: en la cárcel no hay internet o al menos yo no he podido acceder a él.
El puente lo pasé en El Vaticano con mi reconciliada madre y sus monjitas. No faltó mi tía Engracia que estaba radiante. Es un ejemplo de buena cirugía estética. Mi tía Engracia ya era debota de estas niñitas desde que tuvo conocimiento de ellas. Rezaba por ellas (y ellas ya más muertas que nada), y se hizo unas estampitas que ha ido repartiendo a toda persona que conocía y veía merecedora de tan "importante presente". Mi tía Engracia es muy del estilo de Esperanza Aguirre, o sea, se pone el mundo por montera y se enfrenta a todo: está muy solidarizada con la causa "okupa" y en una concentración en Barcelona no dudó en sumarse y contar que todo iba a salir bien gracias a las niñitas Delia y Salomé. Y la cosa es que todo salió mejor de lo que se esperaba porque la casa okupada ahora es un centro social que gestionan los asombrados okupas. Es por esta razón que también éstos se sumaron al viaje. Mi tía decía que si no reconocían el milagro de la familia, tenían el de los okupas para tratar de conseguirlo.
De Roma y su Vaticano poco que contar. La ceremonia de beatificación fue íntima y solemne ( porque si a estas niñas las hubiesen matado en la Guerra Civil harían el 500 del otro fin de semana y todos tan contentos). Pero es que las niñas ahora son Santas y eso no se consigue así por así. Una pena que Benedicto XVI sólo se limitase a la ceremonia y luego largarse ( y digo yo que también querría puente el hombre), pero su cara de asombro al entrar y ver a tanto okupa con su "exclusivo" estilismo hizo que se girase para preguntar si estaba en el Vaticano o había sido transportado a un concierto de "música ratonera".
Mi madre, mi tía, y las monjas durmieron en un convento. Los okupas se fueron la acabar todo, no vaya a ser que llegasen a Barcelona y les aplicasen de su misma medicina. Yo preferí un hotel porque al fin y al cabo tenía un dinero ganado con mucho sudor (doy fe). Disfruté de la ciudad de Roma y me compré un bolsazo de Cavalli ( objeto que no tendrán las histéricas del H&M). Fueron unos días muy relajantes. Me vi rica y poderosa pero corté rápido porque ya me veía hasta de madame del sector y no quería cegarme con el dinero.
De sexo nadita. Pero salí de marcha con mi tía Engracia que estaba que lo tiraba. No repito con ella nunca jamás porque todos le entraban a ella: " Azu, ¿cuántos llevas tú?. ¡Qué graciosa mi tía!. Lo de mi tía no se quedó sólo en coqueteo, ya pasaba a los reservados y luego se fue con uno: "nos vemos en el aeropuerto. Bueno, si este signore no me hace volar antes". Mi tía se quedó en el quirófano porque esto antes no hubiese sido así. Estoy empezando a admirarla.
Ya el domingo nos encontramos todas en el aeropuerto y mi querida tía más fresca y bella que nadie. Una sonrisa que deslumbraba y una pedazo de pulsera a la que llevé mis ojos nada más notar su presencia: "oro blanco, rubíes, y diamantes". Resulta que el signore en cuestión era propietario de una joyería y le pidió que escogiese lo que más le gustaba de la tienda. Esto me reafirmaba en mi honor ya que no veía qué mal había hecho yo en quedarme con dinero después de una noche con un hombre si mi tía aceptaba joyas. Y aquí viene lo bueno:
- Ay, Engracia, ¡cómo me alegro!. Porque con lo guapa que estás te mereces otro hombre. Tu condición no es la de viuda.
Estas palabras llenas de positivismo venían de la bocota de mi madre. Son las incongruencias que cometen todas las madres con sus hijas. Yo no tenía que haber hecho nada con aquel piloto impostor pero mi tía se puede ir con quien le pete. Mi mirada de cuchillos oxidados y ardiendo hacia mi madre dejó clara mi opinión al respecto. Y la Hermana Teresa que volvió a poner esa cara como de envidia pero esta vez hacia mi tía (si la Hermanita sale con nosotras por Roma os digo que deja el hábito en el guardarropa del primer garito en el que entrásemos). El viaje transcurrió sin problemas, yo sentada al lado de mi madre que casi ni me dirigió la palabra pero que de vez en cuando me miraba como perdonando mi "desliz".
Desliz que se quedó en nada al aterrizar. Al recoger las maletas noto una presencia extraña detrás de mi y...
- Policía. Queda detenida
Mi capacidad de reacción fue:
- Ay, no. Yo no sabía que esa noche iba a ser puta. De verdad. Seamos sinceros, ¿quién va a dejar ahí puestecito ese pastonazo en una mesilla?.
En este momento mi madre se abalanzó sobre mi persona. Me arrancó un poco de pelo, pero lo suficiente para que notase brisa por mi cabeza.
- Yo parí a Satanás. Quiero morirme. Esto no es justo.
- Mamá, que no es así. Relájate.
- ¿Cómo va a ser sino, díscola?. El Señor no te acogerá en sus brazos - palabras de la Hermana Teresa que casi me hacen estallar de la risa. ¿A alguien le interesa estar en los brazos de Dios?. Si debe estar medio mundo colocado.
A mi madre la tuvo que asistir una ambulancia y mi tía decidió quedarse conmigo:
- Esto me lo tienes que contar. Es mi fantasía desde siempre. A tu tío le pedí más de una vez que me pagase después de los polvos y nunca quiso.
- ¿Pero no vas con mi madre?. No vaya a ser que empeore.
- Tu madre ya queda al cargo de las monjas. Yo necesito que me lo cuentes todo. Si hasta me estoy mojando de pensarlo.
Así que estos últimos días los pasé en una cárcel de la comisaría con mi tía que se quiso quedar voluntariamente. Bueno, me contó sus memorias y hubo grandes momentos de emoción como cuando le murió el tío (había otras mujeres allí que no perdían ripio de lo que se decía allí). He de reconocer que tengo una tía fuera de serie, esto nos ha unido mucho.
Y salí hoy mismo por la mañana. La cuestión fue que me detuvieron por impago del hotel. El dinero era para pagar la suite: 5.000€ exactos. Por lo visto Fernando me había dejado una notita encima del sobre pero se debió caer cuando abrí la ventana. En el hotel tenían los datos de mi D.N.I. y mi dirección. Sole les dijo que estaba en Roma de puente y el resto ya se sabe. Ahora que os digo que vaya un hotel que mueve montañas si hace falta para que les pagues.
Del trabajo me cubrieron las chicas. La fianza y el pago del hotel lo hizo Fernando. Apareció hoy mismo a primera hora de la mañana por la comisaría. No lo noté enfadado y se rió mucho cuando lo conté todo. Quién sabe, puede que con Fernando tenga más encuentros. De momento tengo que alejarlo de mi bella tía porque lo mismo me lo levanta...